22 marzo 2009

A propósito de oír llover

Hace más de un año que tengo un teléfono celular muy malo. Escucho perfecto, pero al otro lado no me entienden lo que hablo. He ido varias veces a Movistar para que me lo cambien, pero en vez de darme otro aparato prefieren "arreglarlo", aunque sigue sin funcionar. Lo único bueno es que casi no lo uso, entonces la cuenta es baja y hablo justo lo necesario. Nada de ponerme a cotorrear o de llamar a la casa por cualquier cosa. Menos llamar a un amigo o pedir una hora para el doctor. Sólo lo uso cuando me llaman y por lo general me cuelgan al poco rato por lo mal que se escucha mi voz. 

Hace unos días incluso mi voz quedó muda y cuando me llamaban no escuchaban ninguna respuesta mía al otro lado. Durante esos días las únicas llamadas que atendí fueron las de mis niños, que al parecer no les importaba que su madre no tuviera voz. "Mamá, sé que no puedes contestar, pero si puedes me traes la greda. Si no puedes, te quiero igual", me dijo mi hija y luego de esperar unos segundos la respuesta, colgó. Todo esto me recuerda un artículo que hace unos años escribió Javier Marías -El Oficio de oír llover- sobre lo poco que se escucha la gente y sobre las tonteras que se hablan a falta de que alguien las conteste. Y habla en especial del uso del celular, un aparato que él no usa y que a su juicio sólo da pie a una desbocada verborrea. 

Yo, que hace un año casi no lo uso, puedo dar fe del abuso que se hace del celular y de lo mal que se está comunicando la gente que lo utiliza para "conversar de la vida" en vez de juntarse a hablar en persona. Conozco amigas que monitorean las tareas de sus hijos a través del celular, guaguas que lo usan como entretenimiento en vez de salir a jugar, parejas que discuten, que se abuenan, que organizan vacaciones y que hablan de los problemas de sus hijos por el celular. Esas personas cuando se encuentran casi no hablan, ya lo han hablado todo. 

Y esto mismo está pasando con los e-mails, los facebooks, los messenger y demases. Y de a poco uno empieza a recibir mensajes abreviados, llenos de faltas de ortografías y signos de exclamaciones a destajo que surgen de la inmediatez pero no de la razón. Cuántos mensajes a medias, inconexos, sin sentido uno recibe a diario sin que con ello nos logremos comunicar. El tema da para mucho. Yo por lo pronto prefiero mantener mi mal celular y juntarme con mis amigos cuando quiero conversar. Y me mantendré alejada de los blackberrys, los iphones y los teléfonos con e-mail, que no tengo problema en esperar llegar a mi casa para revisar mi correspondencia cibernética, que por lo demás casi es puro spam. 

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Señora.

Tiene toda la razon respecto a Facebook. Me cuesta pensar en algo más diabólico, pernicioso y popular (nótese los tres sinónimos "in a row"). Antro de cabezones, engendros intelectualoides que aderezan su insípida, risible pretención y arribismo intelectual con la incesante (INDECENTE) actualización de sus "estados", como si a alguien con una vida remotamente significativa le importara un comino (con el debido perdón de esa honorable hierba de condimento).

Anónimo dijo...

A mi me gusta la impersonalidad del mensaje de texto y del e-mail. Soy un misógino y un misántropo. Asimismo, soy un fisgón morbosón, que goza viendo a mis compañeros de especie haciendo el ridículo y desnudando desvergonzadamente su alma en sitios como facebook, myspace o twitter. Gente que informa a quien tenga el tiempo (como yo, un ocioso empedernido) de su pasado familiar, de su enfermizo gusto por reservar ropita de guagua online para su recien nacido hijo, de su imperdonable gusto por fito paez, de su incomprensible adhesión a causas estúpidas, gratuitas y tranquilizadoras de conciencia. De perfiles con fotos cuidadosamente tomadas en sesiones profesionales, recortadas contra fondo blanco o negro, ojalá en cuclillas (como valenzuela y onetto en el nuevo teletrece, el noticiario en, literalmente, sus asentaderas). De individuos que ejercen la profesión de críticos de cine, libros, música y que, bendito sea dios, no tienen por lo menos, un empleador a quien embaucar. En fin, bendita red de redes.

Anónimo dijo...

wen blog. scrivo dsd mi bb (black berry para los ininiciados) n l cnxierto d maiden. aguante maiden!
:X
TGDJJU

Anónimo dijo...

Hija:
Estuve casii 5 meses sin celular, feliz.
El dia antes que los niños entraran ala colegio me hice el tiempo que no había tenido en 5 meses para ir a recuperar el aparatillo, broma o no?
Bueno por lo que tu dices no te escribo más, tomémonos un café amiga y ahí parlamos.
Te quiero
C.