No sé si es por mi tozudez o mi tacañería, pero soy incapaz de dejar un libro a medias o de abandonarlo después de leer las primeras páginas. Claro, por lo general trato de llevar a mis manos libros de buena calidad literaria o de algún autor que merece mi respeto, y cuando de frentón me ha tocado leer un libro malo, igual llego hasta el final para ver si la cosa se compone o por último para despotricar contra el autor y el libro con conocimiento de causa.
Hace un mes -más o menos- comencé a leer con entusiasmo la Piedra Lunar de Wilkie Collins por varias razones que no vale la pena mencionar y debo confesar que me costó avanzar en su lectura, no porque el libro no fuera interesante (de hecho es un libro espléndido) sino porque los tiempos del libro son tan distintos de los agitados tiempos actuales que a ratos sentía que el libro estaba en cámara lenta y yo me sentía cada minuto más apremiada por saber quién había robado la famosa piedra lunar. Pero después de leer las primeras 300 páginas, el libro empieza a agarrar vuelo y las últimas 250 son un deleite de descripciones donde el efecto del opio (del protagonista y al parecer también del autor del libro) se deja sentir a lo largo de todo el relato, que combina personajes ingleses con hindúes de dudosa reputación, todo mezclado con una historia de amor, otra de arribismo y una última de misticismo, que hacen impredecible el desenlace último de la novela. Realmente una joya, y el estilo, único, porque mezcla cartas con relatos de los distintos protagonistas, donde cada uno agrega nuevas piezas a este puzzle detectivesco. Genial.
Y así como pasé con la Piedra Lunar de menos a más, mi nueva lectura El Desierto de los Tártaros también ha ido cautivándome de a poco. Escrita por Dino Buzzati en 1940, la historia es de una melancolía suprema, donde cada capítulo le va agregando nuevas tristezas y desesperanzas al protagonista, el teniente Drogo, en medio de espacios atemporales, inciertos y llenos de silencios. Digna de leerse. Y más corta que la Piedra Lunar. A ver si la encuentran en medio de todos los best-sellers y libros de autoayuda que al parecer están inundando la Feria del Libro de Santiago por estos días.
4 comentarios:
Gracias por la recomendación querida Becky.
El Desierto de los Tártaros, que buen título. Sobretodo teniendo en cuenta otros títulos de libros futuros que andan circulando por ahi: La barrera del pudor. ¡Horrible! Un título que, quizás sea su única virtud, nos hace víctimas de su propia impudicia.
Becky, yo tambien lo lei! lo terminaste? Yo lo leí en un momento en el que me sentía atrapada, encerrada y fijate que me llevó a dejar de lado todo lo que me tenía así de mal. Un libro muy recomendable, pero muy claustrofobico, a modo de advertencia.
Trulo, qué bueno tenerte por aquí. Me encanto El desierto de los tártaros. Lo encontré liberador, a pesar de lo encerrado. ¿Por qué no me lo habías recomendado? Porque es muy recomendable.
Publicar un comentario