Después de pasarme todo el día en un paseo del curso de mi hija, crucé todo Santiago para llegar al recital de Madonna. Y como ya se ha dicho todo, sólo quiero agregar que para mí estuvo perfecto. Desde los 10 años quería verla. Desde la época de Material Girl, cuando yo me ponía la polera de encaje blanco, el pañuelo en el pelo y me dibujaba el lunar cerca del labio y junto a mi amiga Vero cantábamos Material Girl frente al espejo del baño de mi casa. No morí de anemia ni me fracturé los talones de tanto saltar, aunque debo reconocer que la caminata por las calles de Ñuñoa en busca de un taxi me dejaron los pies muy maltrechos. Pero valió la pena el sacrificio.
Después de encontrar un taxi, una comidita rápida en un local de Manuel Montt y a dormir unas horas que el jueves venía pesado. Ese día celebraba el cumpleaños de mi hija y como no había comprado nada, muy temprano debí partir a encargarme de todo. Y aunque corrí como loca, el resultado estuvo perfecto, porque el cumpleaños no pudo estar mejor y mi hijita lo pasó increíble. Parece que es cierto que cuando uno menos planifica, las cosas salen mejor.
Y el viernes, luego de ordenar todo el desastre que había quedado en mi casa después del cumpleaños, partí a comprar los regalos de Pascua de mis seres queridos y en la noche me divertí de lo lindo con unos amigos mexicanos que conocí gracias a un famoso escritor. Lo más divertido es que estos mexicanos me llevaron a comer enchiladas y totopos al Garibaldi, y me enseñaron unas palabras padrísimas que me hicieron recordar el libro 2666 y adorar de por vida la michelada con ají. Amigos: si están leyendo esto debo decirles que los adoro y espero visitarlos pronto en su país.
El sábado invité a mis niños a una piscina de club, donde se bañaron hasta quedar arrugados como pasas y yo aproveché de leer Desfile de Pascua y tomar algo de sol. En la noche salí con un amigo al que no veía hace años, y con quien me reí hasta caerme en el Toro de Loreto y luego camino a su lindo hogar.
Y hoy domingo, pasee por el Bicentenario, comí empanadas en La Punta, me bañé toda la tarde en la piscina, hice carreras de natación con mis niños y me terminé Desfile de Pascua. Y en la noche cerramos esta intensa semana comiendo en familia en el Sushihana de la Portada, después de pasear por el centro de Santiago, de tomarnos un buen helado en el Fragola y de conversar con una pandilla de Harley Davidson que orgullosos nos mostraron sus motos. Amo el verano y amo las vacaciones. Y no tener que levantar niños para ir al colegio hasta 3 meses más. Como diría Madonna:
If we took a holiday
Took some time to celebrate
Just one day out of life
It would be, it would be so nice
Ahora sólo me falta comprar un par de regalitos más, terminar el trabajo que estoy haciendo y a descansar. Y celebrar. ¡Bienvenidas vacaciones de verano!
1 comentario:
Querida Becky.
Como siempre leer sus post dan ánimo. Entiendo que hoy tiene un cumpleaños que agregar a su lista de actividades pre-navideñas...
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