Cuando leí De Mujeres Con Hombres me enamoré de Richard Ford y de su estilo para narrar. Ahora leo El Periodista Deportivo y sigo adorándolo –como a Cheever, Yates, Paula Fox, y tantos más- por su capacidad para narrar cosas triviales de una manera especial y poder sorprendernos con lo cotidiano, lo común y hasta aburrido de la vida de las personas.
El Periodista Deportivo habla de un tipo cualquiera, un hombre que tocó la fama como escritor, pero que decidió abandonar la literatura de un día para otro y aceptar un trabajo como periodista en un suplemento de deportes. Un trabajo aburrido pero que le da seguridad en su inestable vida, y que no le disgusta en lo absoluto.
Además es el trabajo que lo protege para no seguir escribiendo ficción, para no dedicarse, de una vez por todas, a la literatura. Porque Frank Bascombe prefiere un trabajo seguro que lanzarse a la aventura de escribir, donde su mayor miedo es no saber de qué escribir y el temido fracaso. Y ¿cómo podría juzgarlo si todos somos un poco como Bascombe?
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