22 noviembre 2007

Juegos Literarios Gabriela Mistral 2007: Búsquelos en la Basura

Una buena amiga mía participó hace unos meses en los Juegos Literarios Gabriela Mistral de la Municipalidad de Santiago, que cada año premia con 50 UTM (como un millón setecientos mil pesos) a quien gane en los géneros de ensayo, poesía, novela y cuento (en la categoría adulta) y cuento y poesía (en la categoría juvenil).

Había leído del concurso en el diario, y como el premio era bastante tentador, decidió participar con uno de sus cuentos. Sacó las 3 copias requeridas y las fue a dejar a la Dirección de Cultura de la Municipalidad el día 29 de mayo como a las 13 horas, donde sus obras fueron recepcionadas por María Paz.

En el lugar le entregaron una papeleta y le contaron que hasta el momento sólo habían llegado seis obras. Ella era la número siete, aunque todavía faltaba más de un mes para que cerrará el plazo de recepción.

Y no supo nada más del concurso hasta un día de octubre, cuando sin saber porqué, se le ocurrió llamar a la Dirección de Cultura a consultar por el premio. En el teléfono lo atendió el coordinador de cultura de la Municipalidad, el señor Juan Araya Ruiz, quien amablemente le informó que el concurso ya había sido fallado. El señor Araya le preguntó el nombre a mi amiga para ver si estaba dentro de los ganadores, pero el nombre de ella no aparecía ni siquiera entre los participantes. Entonces ella le leyó la papeleta donde se certificaba que su número era el siete, pero el señor Araya le informó que ese número aparecía adjudicado a otra persona. "Lamentablemente se nos perdió su cuento", le dijo, "es que como nos cambiamos de sede entre medio, su cuento se debe haber perdido en la mudanza". "El mío y el de cuántas personas más", le contestó ella, a lo que él no supo qué responder.

Al día siguiente mi amiga mandó una email al alcalde Raúl Alcaíno y a todos los concejales de Santiago donde les contaba lo ocurrido. Sólo recibió respuesta de dos: los concejales Ximena Lyon e Ismael Calderón, aunque en la tarde recibió el llamado del Director de Cultura, el señor José Joaquín Valenzuela, a quien al parecer lo único que le importaba era que este escándalo no trascendiera.

Pero aunque mi amiga no quiso hacer público este incidente ni mandar una carta a El Mercurio, yo creo que lo aquí ocurrió es bastante grave, y no sólo habla del desorden y mala organización de la Municipalidad de Santiago, sino también de la dudosa calidad y transparencia de los Juegos Literarios Gabriela Mistral.

Porque así como mi amiga fue perjudicada, pueden haber sido muchos los concursantes que estén en la misma situación. Personas que participaron confiadas en un concurso literario supuestamente prestigioso, y que ni sospechan que sus obras pudieron haberse extraviado en el camino.

¿Cuántos participaron?, ¿cuántas obras se perdieron?, ¿fue un extravío casual o el concurso fue fallado de manera fraudulenta?, ¿está la Municipalidad de Santiago capacitada para organizar un concurso literario?

Son varias las preguntas que surgen frente a este caso, y pocas las respuesta. Por mi parte creo que los Juegos Literarios Gabriela Mistral 2007 no fueron fallados de manera justa ni transparente, y que el cuento de mi amiga no fue la única obra que se perdió en el cambio de sede. Y tratándose de un concurso literario de gran envergadura, donde sólo en premios se reparten más de 10 millones de pesos, me parece que la Municipalidad debería haber dado la cara y tras reconocer públicamente el error, haber declarado inválido el concurso de este año.
¿O no?

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Que pena que pasen estas cosas, porque no sólo afectan la credibilidad del concurso, sino que también desmotiva a las personas que se deciden a participar en estos llamados públicos. Me imagino que no es fácil escribir y menos aún exponerse ante un jurado.....no haber sido leido debe ser un balde de agua fria y una desilución enorme. No creo que haya habido mala intención, pero la posibilidad de que haya existido es un hecho innegable y sin duda merece ser investigado, por la transparecia del proceso y la legitimidad del premio otorgado.

Jorge Carroza Solar

Anónimo dijo...

Si, es desmotivante. Pone en duda no sólo este premio en particular sino muchos otros. Y no ya de neglicencia solamente, sino derechamente de arreglines o favoritismos que no hay forma de controlar (o desenmascarar). Sólo queda confiar en que no pase muy seguido.

Víctor

Anónimo dijo...

Yo también participé en ese y en varios concursos literarios y siempre pasa algo raro... Para mí que están todos arreglados y que después sacan ideas de nuestras obras y nos plagian de alguna manera para no pagar derechos a los autores y ellos quedarse con las garantías económicas...

Anónimo dijo...

Claro que es grave algo así, pero aquello no da para pensar que todos los concursos están arreglados.

Por experiencia propia, me he visto galardonado en algunos concursos sin siquiera conocer a los jurados ni a los organizadores.