26 marzo 2008

A Becky le roban su perro

Becky está devastada. A los problemas que ha debido enfrentar por su cambio de casa, su enfermedad y la pérdida de su iguana, ahora se suma un nuevo dolor: le han robado a su perro. Sus niños no paran de llorar y ella pega carteles, lo llama, lo busca y reza a San Francisco de Asís para que lo haga aparecer. Pero nada, su querido perrito faldero, su West Highland blanco, precioso, cariñoso y un poco tontón, no está por ningún lado.
El principal sospechoso del robo es un joven de jockey que deambulaba en un triciclo frente a la casa de Becky como a las 5 y media de la tarde. Pero ni de él ni del perrito hay huellas.
Su única esperanza es que la persona que lo robó la llame al teléfono que aparece en la correa del perro. Por mientras sólo le queda esperar, y tratar de convencer a sus hijos que no todas las personas son malas en este mundo.

2 comentarios:

STEPHEN DEDALUS dijo...

¡Qué pena! Tuve la oportunidad de conocer a peludito el jueves santo, no imaginé que sería la ultima vez...

Anónimo dijo...

No puedo creer lo de Peludito!! Era lo más cariñoso que había...y los niños!! Pobre Jorgito, la iguana y luego el perrito.