Por lo menos una vez al mes me junto con mis amigas del colegio a almorzar o comer en algún lugar de Santiago, por lo general en un restaurant de sushi. Hemos ido al Sushihouse y al Miso, al Sushihana y al Sakura (que descartamos por estar demasiado caro), pero anoche quisimos volver al Ichiban, y de verdad, es que no puedo dejar de recomendarles este lugar. La atención, buenísima, y los rolls y los pescados, deliciosos; los pisco sour y la champaña, perfectos, así también el cheesecake de frutilla.
Pero lo que más nos impresionó fue lo atento y buenmozo del garzón que nos atendió. De verdad, creo que debe ser el mozo más guapo de Santiago, y también uno de los hombres más regios de la ciudad. Y no son muchos los lugares donde uno puede comer rico, conversar tranquila y además recrear la vista (con un hombre ajeno, claro está). Porque, aunque no era totalmente de mi gusto (ustedes saben que me gustan más trigueños), este morenazo de un metro noventa, era imposible de obviar, y más encima atento, con buena memoria y ocurrente. Si hasta sonreía cuando nos escuchaba conversar. Cinco tenedores para el restaurant. Y toda la cuchillería para él.
3 comentarios:
Podemos decir, entonces, que era un chavo muy agraciado.
Tú lo has dicho, Chilindrina, un chavo muy agraciado.
Que buen dato galla !!!!, sólo falta dejar al marido que te cuide a los niños y que te espere para abrirte la puerta..ja ja ja.. te imaginas!!!! Yo en mi caso, voy a ir a recrear la vista y una de esas a lo mejor mi marido, cuando vuelva tiene suerte y le toca. Lo que puede hacer un morenazo.!!! Voy, sí querida Becky, como una muñeca y con la cuchillería bien afilada.
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