20 enero 2009

Y otra carta más...

Estimada señora Sharp:
 Le escribo desde Los Carpatos, para informarle que he encontrado al joven Harker, o lo que queda de él.   La verdad es que su estado de salud es bastante precario, esta delgado y pálido, su memoria, bastante frágil, y con la conciencia levemente  alterada.  A pesar de todo lo anterior, veo que su belleza esta intacta y ha sido atendido con delicadeza y afecto por las campesinas de las posadas locales.  Me he permitido revisar sus pertenencias y entre sus baúles he encontrado – aparte de estacas, notas de viajes, cruces y extraños brebajes -  un reloj de oro con una fotografía,  que supongo es la vuestra,   y una dirección que espero la encuentre a usted como  lectora en esta misiva.   

 

Durante años,  Harker asistió como oyente a mis cursos de medicina, en mi natal Holanda,  antes de que me destituyeran y tildaran de “brujo oscuro y supersticioso”.    Siempre fue un leal alumno y mejor camarada.  Por ello me siento obligado y comprometido en su recuperación -  si esta es posible -  y en que retorne a su hogar.  

 

Me he permitido escribir los cuidados específicos a los que deberá someterse y rogar para que usted  siga cuidadosamente mis instrucciones con el mayor esmero posible. Sólo así, con sacrificio y constancia, recuperaremos a este amigo tan querido y devoto amante.El éxito de esta terapia radica en la periodicidad  que usted pueda mantener. Como profesional abogaría por que fuese al menos “tres veces a la semana”.  Comience por sacarlo de su rutina diaria, escuche sus historias y recuerde que su memoria no esta bien del todo si repite cosas que ya le contó. Propóngale escuchar música,  procure que beba  vino blanco en abundancia, que junto con refrescarlo lo alejarán de los malos recuerdos de los últimos tiempos.  Sería altamente aconsejable que tomara  baños y masajes; tengo dudas respecto a su equilibrio, motivo por el cual

 

no es aconsejable que se bañe sólo, debe usted acompañarlo.   Al dormir es fundamental que no sienta roce alguno de ropa, sólo sábanas delgadas que no irriten su delicada piel y por supuesto estar atentos a cualquier requerimiento  que pueda tener.  Habrá usted de ser comprensiva y abierta a ciertas cosas que en un principio le parecerán extrañas o poco habituales en él, pero  las costumbres de las aldeanas – que cuidaron su cuerpo y sanaron sus heridas -   de estas tierras son algo salvajes.   Soy optimista por naturaleza, por lo que creo que con el fiel cumplimiento de estos cuidados, su amante debiera recuperarse en los próximos seis meses.

 

Lamento no poder viajar con Harker, hubiera sido un placer conocerla y haberle dado mis recomendaciones en persona, más nuevos enemigos me acechan e indispensable es que atienda con premura  mi inevitable duelo contra el mal.

 

Cordialmente suyo,

 

 

Profesor Abraham Van Helsing 

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