Ayer en la tarde se realizó la premiación del premio Becky Sharp justo en el momento en que este blog llegaba a las diez mil visitas. Quizás para algunos esta cifra puede ser muy baja -de hecho mi amigo Rafael Bravo con su página www.reclamos.cl recibe 100.ooo al día-, pero para mí es una cifra altísima. Y que mejor manera de celebrar que la famosa "once completa" de Becky con los ganadores de su concurso literario, quienes además se reconocieron como grandes seguidores de la "Feria de las Vanidades" y de Becky Sharp.
Para los curiosos debo contar que los ganadores del Premio Becky son dos hombres encantadores. Rubén Benveniste es el seudónimo con el que participó un gran escritor de nuestra ciudad, varias veces ganador de concursos literarios, y que por expresa petición de él voy a mantener en el anonimato. Sólo puedo decir que es un hombre simpático, buenmozo, divertido, culto y con un gran sentido del humor; un hombre capaz de pasar de Ana Karenina a un cómic, de la risa al llanto, de la clase magistral al baile, es decir un hombre muy versátil, como también puede verse en su escritura.
El otro ganador, el señor Sucarita Gluglu (seudónimo), también es un hombre encantador, pero más reservado. Gran lector de los clásicos (eso sí, parece que le gusta más Amelia Sedley que Becky Sharp), Sucarita es un hombre adorable, a ratos dulce a ratos ácido, lleno de opiniones lapidarias, pero geniales; gran admirador de Nabokov, Dickens y Joyce, debo confesar que Sucarita es una excelente compañía para todos los días de la semana, además de gran escritor de cuentos y ganador de varios concursos literarios.
Dos personajes bastante distintos, pero que compartían la ansiedad por conocer a Becky Sharp y un voraz apetito. Porque no sé si habían almorzado, pero estos escritores dejaron claro que así como devoran libros devoran pasteles. Y Becky -junto a las pequeñas Beckitas- se lució como anfitriona y cocinera y atiborró a los ganadores de pie de limón, galletas, pancitos, queque y bolitas de nuez, y los ganadores no pararon de comer y reír durante toda la tarde, mientras Becky, feliz, sentía que había ganado a dos nuevos amigos.
La tarde se pasó volando (lindo cliché literario) y ya era de noche cuando Becky despidió a sus premiados amigos en la puerta de su casa. Por suerte la vecina no estaba mirando por la ventana ni los concursantes se habían estacionado cerca de su portón (de hecho, andaban a pie), y Becky pudo besar con tranquilidad a Rubén y Sucarita, no sin antes dejarlos enternamente invitados a pasar por su casa cuando tuvieran ganas de verla, de comer o simplemente de conversar. ¡Felicidades a los ganadores! Y ya se viene luego el próximo concurso Becky Sharp.
5 comentarios:
Becky, gracias por la inolvidable velada. El hecho de que la numerosa servidumbre estuviera fuera sólo hizo más cálido, más íntimo, el encuentro. Las Beckitas llenaron de alegría, bullicio y risas el riquísimo té que tuvimos el honor de recibir. Pero sobretodo, gracias a ti por tu hospitalidad y por tu dulzura, que hizo sentirnos a Rubén y a mi como en nuestra propia casa.
(Nota: El señor Cangrejo, que se sintió utilizado, está algo sentido por no haber sido invitado)
crucu cruc croc crococsod""!!!
(no permitiré que mis tenazas enjuguen lágrimas por no haber sido invitado)
croccrcosc
(ni ahí)
Qué clase de concurso premia al 50 por ciento de los participantes...
se trató de una humorada ¿verdad?
A la centolla me la como con limón. Y un buen vino blanco.
Becky, ¿por qué sacaste el último post? ¿Censura?
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