17 julio 2012

vigésimo quinto, vigésimo sexto, vigésimo séptimo y vigésimo octavo día de invierno

Volví. Y ahora tengo celular.
Los niños siguen en vacaciones de invierno y hace harto calor.
Mi hijo mayor mira mi celular nuevo y dice que le gusta. Yo quería blanco, como el de antes, le digo. Y él me contesta que el negro es como de mujer inteligente. No le contesto nada.
Un rato después me dice que se hizo un instagram, pero que no lo va a usar. Es como de gay, ¿cierto?, me pregunta. Yo tengo, le digo. No me contesta nada.
Él sabe que las cosas no son de mujeres tontas o inteligentes, de gays o no gays. Él lo sabe, pero quiere que le conteste lo que pienso. Es una de sus tantas provocaciones. Como cuando me dice que los hombres son superiores, que los periodistas no ganamos plata y tantas cosas más. Y suelo contestarle, pero hoy no le voy a dar en el gusto. Y está acostado a mi lado, sin saber que escribo de él, y sigue esperando mi discurso feminista e igualitario. Pero hoy sólo lo miro y me sonrío. Él sabe lo que pienso y yo también sé lo que piensa él. Y por eso estoy tranquila.


1 comentario:

Anónimo dijo...

Qué bonito.