18 agosto 2008

De Av. Italia a Matucana 100

El sábado por la mañana dejé a los niños en la casa y me fui con mi amado a pasear. El día estaba precioso después de la larga e intensa lluvia del viernes, por lo que decidimos estacionar el auto en Avenida Italia y caminar por las calles del sector. Y mientras recorríamos las distintas tiendas de antigüedades, -un poco desilusionados porque no encontrábamos nada de nuestro agrado- mi amado con su ojo de experto descubrió un par de sillones ingleses, con sus rueditas de bronce en cada pata, a muy buen precio y más encima recién tapizados. Una maravilla en color morado ("morado Carla Bruni", diría mi amigo R.), un color al que le tengo respeto, pero que ahora se ve precioso en mi hogar. Y con nuestras compras nos fuimos a tomar un café al Parque Forestal y aunque pensábamos pasar a visitar a Parrita y su librería Metales Pesados, el destino quiso que nos encontráramos con un fotógrafo muy entretenido que venía de visitar una muestra de fotos en Matucana 100, y con quien nos quedamos conversando un café y un croissant.

Pero como no olvidé su recomendaba muestra de fotos, al día siguiente partí con niños propios y ajenos a visitar la muestra de fotografía, en el tremendo espacio cultural que es Matucana 100. Y aunque me gustaron ciertas fotografías, debo reconocer que las gigantes del segundo piso me parecieron harto mal, en especial porque el soporte todo arrugado no dejaba ver las fotos y distraía, dejando relegada la imagen a un segundo lugar. Y como estábamos en el barrio decidí cruzar con los niños a la Biblioteca de Santiago, que no conocíamos, y que nos dejó bastante sorprendidos. Porque el lugar es precioso, y cada sala de cada piso está armada con un motivo especial, y donde los niños son más que bienvenidos. Mis niños encontraron todos los libros que buscaban, aunque también estaban atraídos por la cantidad de computadores y la posibilidad de internet. Pero así y todo se dieron tiempo para conocer la sala y para acompañarnos a los otros pisos, donde me sorprendí por la calidad de libros que allí había y por la posibilidad de arrendarlos por sólo 3 mil pesos al año. Los niños no pagan nada, y están todos los libros de lectura obligatoria, lo que hace inexcusable que alguien te diga que no tiene plata para leer o para que sus niños lean. Por lo menos en esta biblioteca están todas las revistas, libros y cómics que venden en las mejores librerías de Santiago y salas de lectura vacías que invitan a la lectura y la evasión. Y también computadores con conexión a internet, que acaparaban la atención del escaso público que había en el recinto, incluidos a mis hijos, que cuando llegaron a la casa se arrepintieron de no haber arrendado algún libro de Asterix, Manualidades, Vikingos o Hadas, porque estaban fascinados navegando por la web.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Becky? que significa esto... ¿creo esto usted solita? Espero que la frase de su blog PREFIERO SER BECKY SHARP Y UN MONSTRUO DE LA PERVERSIDAD QUE SER AMELIA Y UN MONSTRUO DE LA ESTUPIDEZ sea producto de un berrinche burgués de niña rica y no algo que usted piense. No me vaya a salir después que tiene un peor es nada por ahí. Si lo llegase a tener, por favor no se le ocurra publicarlo, mire que "pueblo chico, infierno grande". Bueno, yo pasaba a marcar territorio no más, pero debo decirle que prefiero a las Amelias y los post familiares. Si comenta públicamente las salidas de los domingos, por favor no omita la Santa Misa y tenga más pudor, las letras a veces marean y puede terminar escribiendo .............................cualquier cosa.