07 enero 2009

Días de Piscina

Una de las cosas que más me gusta del verano son las tardes de piscina. Trabajo en la mañana y tipo cuatro me arranco con mis niños a un club cercano y me paso la tarde echada en el pasto, leyendo Acción de Gracias y mirando de reojo que ninguno de mis cachorros se ahogue. Si me da calor, me baño y hago carreras de natación con mi hijo mayor (que todavía gano) y si estoy sociable, me instalo con alguna amiga que esté en las mismas para hablar de las típicas cosas del verano: adónde vamos a veranear, qué hacer con la celulitis o qué leer en las vacaciones. Una delicia. De verdad, es un relajo impagable. Leo, leo y leo, entremedio mando a los niños a comprar helados (para mí, Purafruta o Fruttare), me baño, tomo un poco de sol (con factor 50 para no ponerse "negra", que es tan feo), me estiro, me doy vuelta, me pongo de espaldas y medio dormida sueño que estoy en el paraíso. Qué rico. Los niños se juntan con amigos y lo pasan genial. Yo, a veces, también aprovecho de conversar. Y no son pocos los temas que se pueden abordar al borde de la piscina. Depende de con quién uno se encuentre. A veces me junto con antiguas compañeras de colegio y aprovechamos de ponernos al día; otras veces con mamás de amigos de mis hijos, donde uno parte de cero y hay que entrar a conocerse, y otras veces con amigas de la vida, a las que sólo veo en ocasiones tan especiales como en las tardes de piscina. A veces vuelvo a la casa con mi libro intacto de tanto conversar y otras veces con el libro casi acabado. Lo que sí, siempre vuelvo con mis niños cansados, con sus caritas rosadas, pero felices después de una tarde de piscina. Y yo, cada día un poco más doradita y relajada, con el pelo un poco aclarado y un leve olor a cloro en mi cuerpo. Verano, por favor, no te acabes.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Becky:

Que envidia sus tardes de piscina. Lo que es yo, me he tenido que conformar con la manguera en el patio duro de atrás. Tengo toda la casa cerrada y no contesto las llamadas por teléfono, ya que le dije a todas mis amigas que me fui de vacaciones al caribe. Como no puedo aparecer blanca en Febrero, me rocío con Coca Líder para tener un color que acompañe mi supuesto viaje, pero unas extrañas erupciones han empezado a torturarme en todo el cuerpo.

Anónimo dijo...

Mensaje para amiga en crisis:
Me ofrezco para ser su negro abanicador bajo los virtuales cocos caribeños. No me importa ser relegado al patio duro de atrás con que me de el placer de reemplazar su manguera por la mía, idem y refrescante. Para el sarpullido ofrezco mi lengua longa y pletórica de agentes antibacterianos que eliminaran sus erupciones antes de que alcance a decir: oh more, give me more.