20 junio 2012

primer día de invierno

Escribo, corrijo, deshago y leo. Y los días se me pasan escribiendo -o tratando de escribir- una tesis que no avanza. Mientras, sigo con mi vida. Niños con muchos quehaceres, uno que otro texto que escribir, algún libro que reseñar, cosas que arreglar en la casa, y las típicas latas de las que no sé por qué tenemos que encargarnos las mujeres en las casas.

Hace poco estuve de cumpleaños y lo celebré por partes, como ya es una costumbre. Amigas al almuerzo, comida con amigos en la noche, familia el fin de semana y una mini fiesta el sábado para los amigos más bailadores. Y todo resultó muy bien y además de estar muy regalada.

La fiesta, divertidísima. Hace mucho tiempo que no me reía tanto. Mr. Sharp de smoking y humita dorada, y yo de vestido metálico, bien dorado y brillante, como sacada de la próxima película de El Gran Gatsby. Un vestido altamente peligroso, como me dijeron al día siguiente, porque no faltó el que se hizo cortes en las manos por tomarme en andas mientras bailábamos. Ahora entiendo porque Rafaella Carrá usaba patas de lycra para sus bailes. Pero son los riesgos a los que se exponen quienes me rodean. Les puedo dar mi amistad, pero también pueden salir heridos. O incluso ser víctimas de la globoterapia.

Libros me regalaron dos. Uno de Siri Hustvedt y otro de Juan Pablo Roncone, Hermano Ciervo, que es un conjunto de cuentos muy buenos, similares a los que él escribía en el taller literario al que íbamos hace años. También me regalaron ropa, platita y muchas cosas para el cuerpo y la casa. Y todas me encantaron. Yo me regalé Novelas de Flannery O'Connor, una escritora formidable que sorprende bastante con estas dos novelas -las únicas que escribió junto a sus decenas de cuentos- y que nos narran dos historias entre heréticas y religiosas, con protagonistas que son como héroes que luchan contra la fe del mundo, pero que terminan siendo -cada uno en su estilo- más creyentes que cualquiera. 

Otro libro que leí -aparte de todo lo que he leído para la tesis- es el último libro de Franzen, Farther Away, que es un conjunto de sus mejores artículos y reseñas de prensa. Y está bien bueno, en especial el ensayo dedicado a Personajes Desesperados y a su autora, la gran Paula Fox. El libro no ha llegado a Chile (me lo traje de Nueva York en mayo), pero vale la pena conseguirlo. Otro que me traje y hojeo de vez en cuando son los poemas completos de Philip Larkin, que son una maravilla y que uno debiera tener en el velador. Ahora creo que voy a leer el libro de Siri Hustvedt y luego voy a lanzarme con un par de clásicos: El Gran Gatsby y Anna Karenina, para ponerme a tono con las dos películas que llegan a fin de año.


Quizás debiera leer menos, como aconseja Philip Larkin, y hacer otras cosas, pero no son muchas más las cosas que me gustan hacer. Quizás debiera escribir más (¿y volver al mini taller?). Todo puede ser. Por lo pronto, sigo leyendo y sigo amando. Y sigo en marcha por la igualdad de los derechos de todos. 
Por eso, a los que me quieren y también a los que no (y que igual sapean este blog) los invito a marchar este sábado 23 de junio en Santiago, por un país más justo y con iguales derechos para todos. Es importante y es necesario. La cita es a las 14:00 en Plaza Italia. Los espero a todos. 
Y nos estamos viendo en otro post.




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